Consulta médica: Lo primero que debes hacer es acudir a un médico, clínica de salud sexual o centro de prevención del VIH. El médico evaluará si eres un buen candidato para PrEP, basado en tu riesgo de exposición al VIH.
Esto incluye un historial de salud sexual, pruebas de VIH para asegurarse de que seas negativo, y pruebas de función renal y hepática.
Prescripción: Si calificas, el médico te recetará PrEP. Es importante tomar la medicación diariamente y seguir las indicaciones médicas para asegurar su efectividad.
Seguimiento: Debes acudir a consultas de seguimiento cada 3 meses. En estas visitas, el médico te hará pruebas de VIH, monitoreará tu salud general (especialmente la función renal), y renovará la receta si todo está en orden.
Acceso a PrEP:
En algunos países, PrEP es accesible de forma gratuita o a bajo costo en clínicas de salud pública o programas de prevención del VIH. Es posible que también esté cubierto por seguros médicos.
En México, PrEP está disponible a través de algunas clínicas del gobierno y organizaciones especializadas en VIH/SIDA, como CAPASITS (Centros Ambulatorios para la Prevención y Atención en SIDA e Infecciones de Transmisión Sexual).
En otros países, farmacias y hospitales también pueden tenerlo disponible, pero consulta si está cubierto por tu seguro o programas locales.
Cómo obtener PEP (Profilaxis Postexposición)
Consulta médica inmediata: Si crees que has estado expuesto al VIH, debes buscar atención médica de emergencia lo antes posible, dentro de las 72 horas posteriores a la exposición. Puedes ir a una sala de emergencias, clínica de salud sexual, o consultorio médico.
El médico evaluará el riesgo de tu exposición al VIH (por ejemplo, por contacto sexual sin protección, uso de agujas compartidas, o una agresión sexual) y decidirá si es necesario iniciar PEP.
Pruebas: Te harán una prueba de VIH antes de comenzar PEP para confirmar que no tienes una infección previa. También pueden realizarte pruebas de otras enfermedades de transmisión sexual.
Inicio del tratamiento: Si el médico lo determina necesario, te recetará PEP. El tratamiento debe comenzar lo antes posible después de la exposición (preferiblemente dentro de las 24 horas) y consiste en tomar antirretrovirales durante 28 días.
Seguimiento: Deberás hacerte pruebas de VIH nuevamente después de terminar el tratamiento para asegurarte de que no has contraído el virus. Estas pruebas suelen realizarse unas semanas después y nuevamente a los 3 meses.
Acceso a PEP:
En muchos países, PEP está disponible en hospitales, centros de salud pública y clínicas de emergencia.
En México, puedes acudir a CAPASITS, hospitales de la Secretaría de Salud, o clínicas de atención privada. También puede estar disponible en urgencias de hospitales públicos.
En algunos casos, el tratamiento puede estar cubierto por seguros de salud o programas gubernamentales.
Es importante recordar que PrEP y PEP no reemplazan otras medidas de prevención, como el uso de condones, pero son herramientas clave para reducir el riesgo de infección por VIH.