La hepatitis es una inflamación del hígado que puede ser causada por infecciones virales, consumo excesivo de alcohol, algunas sustancias tóxicas, enfermedades autoinmunes o medicamentos. Existen varios tipos de hepatitis, siendo los más comunes los causados por virus: hepatitis A, B, C, D y E. Cada tipo tiene causas, formas de transmisión y gravedad distintas. Los síntomas pueden incluir fiebre, fatiga, pérdida de apetito, ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), dolor abdominal, orina oscura y náuseas.
Algunos tipos de hepatitis, como la B y la C, pueden volverse crónicos y llevar a complicaciones graves como cirrosis o cáncer de hígado. La prevención incluye vacunas (para la hepatitis A y B), buenas prácticas de higiene y evitar el consumo de alcohol o drogas intravenosas compartidas.
Síntomas y secuelas
Los tipos de hepatitis más comunes (A, B, C, D y E) tienen síntomas y secuelas que varían en gravedad y duración. A continuación, te detallo los principales síntomas y secuelas de cada tipo:
Hepatitis A (HAV)
- Transmisión: A través de alimentos o agua contaminados por heces de una persona infectada.
- Síntomas:
- Fiebre
- Fatiga
- Pérdida de apetito
- Náuseas y vómitos
- Dolor abdominal
- Ictericia (piel y ojos amarillentos)
- Orina oscura y heces claras
- Dolor articular
- Secuelas: Generalmente no deja secuelas a largo plazo, ya que no se vuelve crónica. El cuerpo suele eliminar el virus por sí solo en semanas o meses. La recuperación completa es común.
Hepatitis B (HBV)
- Transmisión: Contacto con sangre, semen u otros fluidos corporales de una persona infectada. También puede transmitirse de madre a hijo durante el parto.
- Síntomas:
- Fiebre
- Fatiga extrema
- Pérdida de apetito
- Dolor abdominal
- Ictericia
- Dolor en las articulaciones
- Náuseas y vómitos
- Secuelas:
- Aguda: La mayoría de las personas se recuperan sin secuelas.
- Crónica: En algunos casos, la infección se vuelve crónica, lo que puede provocar cirrosis, insuficiencia hepática o cáncer de hígado. Esto puede ocurrir años después de la infección.
Hepatitis C (HCV)
- Transmisión: Principalmente a través de contacto con sangre infectada, como por agujas compartidas. Raramente por contacto sexual.
- Síntomas:
- Fiebre
- Fatiga
- Náuseas
- Dolor muscular y articular
- Ictericia
- Oscurecimiento de la orina y heces pálidas
- Pérdida de apetito
- Secuelas:
- Aguda: Los síntomas son leves y muchas personas no los notan.
- Crónica: La infección crónica es común y puede llevar a cirrosis, insuficiencia hepática o cáncer de hígado. La progresión puede tomar años o incluso décadas.
Hepatitis D (HDV)
- Transmisión: Solo ocurre en personas infectadas con el virus de la hepatitis B, ya que el HDV necesita el HBV para replicarse. Se transmite a través de sangre infectada.
- Síntomas: Similares a los de la hepatitis B, pero pueden ser más graves.
- Fatiga
- Ictericia
- Dolor abdominal
- Náuseas y vómitos
- Secuelas:
- Aguda: Algunas personas eliminan el virus sin mayores secuelas.
- Crónica: Mayor riesgo de cirrosis y cáncer de hígado. Generalmente es una enfermedad más grave que la hepatitis B sola.
Hepatitis E (HEV)
- Transmisión: A través de agua o alimentos contaminados, similar a la hepatitis A.
- Síntomas:
- Fatiga
- Dolor abdominal
- Ictericia
- Pérdida de apetito
- Náuseas
- Secuelas: La mayoría de los casos son agudos y las personas se recuperan completamente sin secuelas. Sin embargo, en mujeres embarazadas, la hepatitis E puede ser más grave y causar insuficiencia hepática aguda o muerte.
Resumen de secuelas a largo plazo:
- Hepatitis A y E: Generalmente no causan infecciones crónicas ni secuelas a largo plazo.
- Hepatitis B, C y D: Pueden volverse crónicas y conllevar riesgos de cirrosis, insuficiencia hepática o cáncer de hígado.
Cada tipo de hepatitis varía en severidad, pero es importante la detección y tratamiento temprano para reducir el riesgo de complicaciones a largo plazo.